Nokia no se fue: así es el negocio de una compañía que gana millones de euros cada año

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Uno de los modelos de Nokia más reconocibles con teclado numérico.
Masood Aslami / Pexels

Hablar de Nokia es despertar recuerdos en toda una generación. Fue la marca que popularizó los teléfonos móviles en los años noventa y principios de los 2000, con modelos que se convirtieron en leyenda como el Nokia 3310, famoso por su resistencia, su batería interminable y el mítico juego de la serpiente.

Para muchos mayores de 30 años, Nokia significa el primer contacto con la telefonía móvil, ese dispositivo que podía caer al suelo y seguir funcionando como si nada.

La era dorada de los móviles Nokia

Durante más de una década, Nokia dominó el mercado mundial. Sus móviles eran sencillos, fiables y duraderos, en un tiempo donde lo importante no eran las cámaras ni las aplicaciones, sino poder llamar y enviar SMS. El diseño práctico y la confianza que inspiraba la marca la convirtieron en un símbolo de la época.

El declive con la llegada de los smartphones

Sin embargo, la llegada del iPhone en 2007 y el crecimiento imparable de Android marcaron el principio del fin para Nokia en el mercado de consumo. La compañía no supo adaptarse a tiempo a la revolución de las pantallas táctiles y los sistemas operativos modernos, quedando rezagada frente a sus competidores. A mediados de la década de 2010, la marca prácticamente desapareció de los bolsillos de los usuarios.

El renacer silencioso: Nokia y el 5G

Lo que muchos desconocen es que Nokia nunca dejó de existir. La empresa finlandesa reorientó su negocio hacia un sector menos visible, pero fundamental: la infraestructura de telecomunicaciones. Hoy en día, es uno de los actores clave en el desarrollo y despliegue de las redes 5G a nivel mundial, compitiendo con gigantes como Ericsson y Huawei.

Esta apuesta ha dado frutos: Nokia está generando ingresos multimillonarios gracias a contratos con gobiernos, operadoras y empresas tecnológicas que necesitan sus soluciones para la conectividad del futuro.

Un legado que aún emociona

La historia de Nokia es un ejemplo de adaptación y resistencia. Pasó de ser la compañía que fabricaba los móviles más queridos de nuestra juventud, a convertirse en un pilar de las telecomunicaciones modernas.

Aunque ya no veamos su logo en los escaparates de móviles, sigue muy presente en cada llamada, en cada conexión a internet y, sobre todo, en la memoria de quienes crecieron con uno en el bolsillo.

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