El dragón azul, cuyo nombre científico es Glaucus atlanticus, es un pequeño gasterópodo nudibranquio (una babosa marina sin concha) de aproximadamente 3 a 4 cm de longitud. Su brillante color azul plateado por el dorso y un tono más tenue por el vientre lo convierten en un verdadero espectáculo visual, algo que recuerda a una criatura sacada de un cuento fantástico.
Se alimenta principalmente de medusas, especialmente carabelas portuguesas, y tiene la sorprendente capacidad de almacenar el veneno de estas dentro de su propio cuerpo, utilizándolo como defensa en caso de amenaza.
¿Por qué están apareciendo en Cádiz ahora?
1. Cambios en las corrientes y la temperatura del agua
Este verano se está observando un aumento de temperatura en el Atlántico y alteraciones en las corrientes, lo que ha permitido que el dragón azul sea arrastrado desde mar abierto hasta las costas gaditanas.
2. Presencia de su alimento favorito mejore las probabilidades
Alimentándose de carabelas portuguesas, cuya presencia es cada vez más común en el litoral gaditano, el dragón azul sigue literalmente el rastro de sus presas.
3. Verano atípico, aparición atípica
Aunque es una especie típica de aguas templadas y tropicales, su presencia en la Península se intensifica en verano. De hecho, ya ha sido avistado en Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana y ahora Cádiz, lo que coincide con olas de calor marinas recientes.
¿Es peligroso?
- Sí, es venenoso al contacto. Su picadura puede causar picor, eritema, ampollas, náuseas o incluso reacciones alérgicas más graves, sobre todo en personas con sensibilidad previa.
- No es agresivo. No busca atacar, solo libera su veneno si se siente tocado o amenazado.
- En respuesta, en localidades como La Línea de la Concepción se cerraron temporalmente playas (por aviso de “bandera roja”) hasta que no se avistaron más ejemplares, y luego se reabrieron bajo precaución (“bandera amarilla”).
En 10 segundos
- El dragón azul, Glaucus atlanticus, es una babosa marina azul eléctrico de 3–4 cm que flota en mar abierto.
- Se alimenta de carabelas portuguesas y almacena su veneno para defenderse.
- Su aparición reciente en Cádiz se debe al cambio climático y corrientes marinas, que lo han arrastrado hacia la costa.
- No es agresivo, pero puede picar al contacto, provocando reacciones urticantes.
- Las autoridades ya están vigilando y aconsejan no tocarlo y notificar si se ve uno.